Sobre Una familia de árboles de Blanca Luz Pulido
Alicia García Bergua
Todo escritor aunque lo oculte cuidadosamente está hecho de sus lecturas y con esto me refiero no sólo a los textos que haya leído sino a su capacidad de leer el mundo como un libro. Esto en más de un sentido es cierto para mi amiga Blanca Luz Pulido que fue una niña que empezó leyendo el mundo a través de lecturas muy variadas. Si hay algo que me ha fascinado siempre de ella es su sed de leerlo todo. Hay entre los escritores diferentes afanes, en mi reconozco una sed infinita de saber cosas nuevas o aclararme otras en las que voy pensando detenidamente, en otros hay un afán de ensoñación o de búsquedas metafísicas y emocionales diversas a través de los libros. En Blanca Luz hay una gran pasión por esos mundos que forman las palabras por sí mismas, una gran pasión por su fuerza y su autosuficiencia, y eso siempre ha estado presente en su poesía, que recrea siempre esas atmósferas elusivas que se conciben momentáneamente con una metáfora precisa que es una revelación instantánea.
Julia Riastro García, Blanca Luz Pulido y lectura de Alicia García Bergua
Bar Las hormigas, Casa del poeta, 2011 ®Borzelli Photography
Esas atmósferas elusivas de esa vida más allá, pero aquí, que está en la literatura, son las que desde muy pequeña Blanca Luz empezó a atisbar en los libros del segundo piso de la Librería Zaplana, a cuya sección de poesía se asomó, como por una ventana, a todas las dimensiones de su lengua, tal como lo dice ella en este libro. Porque leer poesía es en efecto leer una lengua a profundidad, en todas sus dimensiones. Con los poemas uno no puede seguirse de largo con la anécdota sino que las palabras cobran un orden y un volumen que no tienen en ninguna otra parte y que lo detienen a uno. Por eso dice Blanca que los versos de los poemas de López Velarde: “Hermana hazme llorar “ y “Fuensanta ¿tú conoces el mar?” o el “Nocturno” de José Asunción Silva o “La distraída” de Pedro Salinas la hicieron detenerse en todas esas dimensiones del lenguaje: las imágenes, la musicalidad y la presencia emocional del autor.
Leer para Blanca Luz es como para Eliseo Diego escribir poesía, una forma de detener el tiempo y prestar atención al mundo, ir descendiendo y vencer el vértigo de vivir. Cita un poema de Eliseo Diego que a mí también me encanta a propósito de esto:
Me da terror este papel en blanco
tendido frente a mí como el vacío
por el que iré bajando línea a línea
descolgándome a pulso pozo adentro
sin saber dónde voy ni como subo
trepando atrás palabra tras palabra
que apenas sé que son sino son sólo
fragmentos de mí mismo mal atados
para bajar a tientas por la sima
que es el papel en blanco de aquí afuera
poco a poco tornándose otra cosa
mientras más crece la presencia oscura
de estas líneas si frágiles tan mías
que robándole el ser en mí lo vuelven
y la transformación en acabándose
no es ya el papel ni el yo el que / he sido.
Julia Riastro García, Blanca Luz Pulido y lectura de Alicia García Bergua
Bar Las hormigas, Casa del poeta, 2011 ®Borzelli Photography
Porque para Blanca Luz leer es internarse en uno mismo a través de los otros y esto me recuerda a Dante en La Divina Comedia que va de la mano de Virgilio que escribió a su vez La Eneida. La inmersión en uno mismo que implica ahora para nosotros la lectura involucra siempre este gesto hecho patente por Dante, un gesto en el que se hace claro que sólo nos podemos ver y conocer a nosotros mismos a través de los otros. Ese otro, que te lleva a viajar al fondo de lo que eres más allá de ti mismo, es un autor que te toma de la mano para entrar en su obra como diciéndote: “ven te voy a mostrar algo” y después te ayuda a salir o a interrumpir la aventura de leerlo simplemente cerrando el libro.
Dice Blanca Luz, después de hablar de Mallarmé, Sologuren, Eguren, Chirinos y Eliseo Diego:” la poesía es hilo conductor, tránsito de la vigilia al sueño y de la realidad a los infinitos mundos posibles que se encuentran en éste”. Hay algo muy borgiano en mi amiga, no sólo porque lee a Borges, sino por esa sensación de los que como él, sienten que viven en una infinidad de mundos paralelos como en “El jardín de los senderos que se bifurcan”, quizá por eso el gusto de Blanca Luz por los objetos pequeños o exóticos, su pasión por los pájaros, que para ella también habitan universos paralelos a los nuestros que sólo pueden ser retratados en la literatura. También a Blanca Luz le encanta tomar fotos de pájaros.
Alicia García Bergua
Bar Las hormigas, Casa del poeta, 2011 ®Borzelli Photography
Blanca Luz vive pendiente de muchas dimensiones de la vida, que la hacen más ancha que larga, y éstas sólo se hacen patentes en la poesía y en los poetas. Dice del poema “La tabaquería”, de Pessoa.
…el mundo que va construyendo es, como se diría en portugués, un mundo dilacerado, o sea, herido, desgarrado entre el deseo de comprensión de la realidad y la conciencia de que ésta es intrínsecamente inaprensible. Esa tensión produce negociaciones que se anulan a sí mismas, afirmaciones imposibles, ironías, paradojas cercanas al vértigo. El poema avanza en medio de un complejo ritmo en el que se alternan la conciencia del ser y su imposibilidad de realizarse, el peso de las circunstancias y su dolorosa distancia del sueño. Y en medio de ese movimiento lleno de turbulencias, la creación se presenta como el único medio de establecer un puente entre los cambiantes órdenes y niveles del mundo.
Blanca Luz se identifica con ese Fernando Pessoa que mira la tabaquería desde su ventana como un astrónomo hipotético observaría una galaxia personal y distante, tratando de captar e identificarse con sus movimientos bruscos y armoniosos. Me imagino a Blanca Luz asomándose por esa ventana que fue el segundo piso de la librería Zaplana observando todos esos libros detenidamente también como galaxias personales y distantes, maravillada de que existan y de que sean tan distintas y parecidas a la suya.
Sólo quiero decir para terminar porque es muy largo lo que he escrito, que gracias a esta capacidad y curiosidad, Blanca Luz tiene un gran conocimiento de la poesía mexicana, peruana y portuguesa. Que es una traductora excelente y una gran conocedora de la buena música popular portuguesa y latinoamericana, además de muy buena poeta, y que este libro con todos los textos que cita y sus reflexiones es algo delicioso para asomarse a leer.
Lectura de Julia Riastro García, Blanca Luz Pulido y Alicia García Bergua
Bar Las hormigas, Casa del poeta, 2011 ®Borzelli Photography
Lectura de Julia Riastro García, Blanca Luz Pulido y Alicia García Bergua
Bar Las hormigas, Casa del poeta, 2011 ®Borzelli Photography
Julia Riastro García, lectura de Blanca Luz Pulido y Alicia García Bergua
Bar Las hormigas, Casa del poeta, 2011 ®Borzelli Photography
Lectura de Blanca Luz Pulido
Bar Las hormigas, Casa del poeta, 2011 ®Borzelli Photography
Lectura de Blanca Luz Pulido
Bar Las hormigas, Casa del poeta, 2011 ®Borzelli Photography
Blanca Luz Pulido
Bar Las hormigas, Casa del poeta, 2011 ®Borzelli Photography
Blanca Luz Pulido
Bar Las hormigas, Casa del poeta, 2011 ®Borzelli Photography
Julia Riastro García, Blanca Luz Pulido y Alicia García Bergua
Bar Las hormigas, Casa del poeta, 2011 ®Borzelli Photography
David Huerta y Blanca Luz Pulido
Bar Las hormigas, Casa del poeta, 2011 ®Borzelli Photography
David Huerta, Blanca Luz Pulido y jovenes lectoras
Bar Las hormigas, Casa del poeta, 2011 ®Borzelli Photography
Blanca Luz Pulido y jovenes lectoras
Bar Las hormigas, Casa del poeta, 2011 ®Borzelli Photography
Blanca Luz Pulido y su madre
Bar Las hormigas, Casa del poeta, 2011 ®Borzelli Photography
* Rayuela, Diseño Editorial
Crónica antropológica-fotográfica: Pascual Borzelli Iglesias para Crónica Antropológica.
Diseño y edición: Miguel Borzelli Arenas.
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